En el limbo del tiempo
21/Sep/2016 Volando sobre el océano atlántico con destino a Madrid, asiento 33D. Tres y cuarto de la madrugada. El hambre me mantiene despierta, unos cuantos están igual que yo. Nocturnos nos llaman, o simplemente nuestro cuerpo no sabe que horario es. En México sería de noche y acá el cielo apenas va despertando. La relatividad del tiempo, me demuestra que la vida es irrelevante, y todo depende del lugar en que estés. El asiento no es muy cómodo, pero al menos tengo lo suficiente para escribir. La luz ya ha comenzado a colarse por algunas ventanas que los curiosos han dejado disponibles para observar. Llevo las nubes bajo los pies, y el amanecer me saluda cara a cara. Me viene a recordar el por qué vale la pena.
